martes, 14 de marzo de 2023

El día que decida morir

Dicen que cuando duele el alma, duele el cuerpo entero. Hace tiempo que mi alma dejó de ser. Ya no duele, ya no es.
Soy un envase de carne, tejidos y huesos que deambula por la vida de nadie.
Dejé de existir hace ya tiempo. Me morí un poco cada una de las veces que intenté terminar con este padecimiento llamado vida. 
Maté mi alma y todo lo que me hacía humana. Hoy no soy. 
Le ruego al universo que me ayude a partir. Que me ayude a abandonar este disfraz que no alegra a nadie. 
Lo siento por los que queden, pero yo necesito cerrar los ojos y no abrirlos nunca más. 
Mi cabeza es una maraña de pensamientos oscuros, de ideas inconexas que terminan siempre en la fuente de la eterna putrefacción. Si, cada milímetro de mi ser está podrido. Hace tiempo me abandonó el último resquicio de esperanza.
Mi futuro son ellas, pero no puedo ni quiero vivir con ellas en el futuro. Las amo, pero no me amo. Creo que nunca me amé. El mayor problema es que me falta valor, me falta iniciativa. Sería tan fácil terminar con esta pseudo existencia...
En fin o en un principio, el día que decida morir, no me lloren, no me extrañen. Estaré descansando en la paz que muerta en vida nunca tuve. 

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